martes, 18 de noviembre de 2008

Los pensamientos de dentro nos deforman por fuera (I)

Con gran acierto, la Bilbia nos habla en innumerables ocasiones sobre los pensamientos. Salmos 94:11 dice: "Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad".
Y es que nuestros pensamientos automáticos están "contaminados" con nuestros miedos, nuestras creencias, nuestra moral, nuestra cultura, nuestra vivencia pasada, nuestros pre-juicios...
De tal modo que nuestros pensamientos, podríamos decir, están deformados.

Pongamos un ejemplo:
Un niño de 12 años contesta mal a su madre mientras ésta le ignora deliberadamente. Tres personas que observan la escena experimentan sentimientos diferentes ante la situación: una madre de familia se "deprime", otro niño de la misma edad se alegra y un profesor que también está en el banco, se alarma ante semejante atrevimiento. La madre de familia pensó: ¡qué desagradecidos son los hijos, tanto luchar por ellos para acabar así!; el otro niño pensó: ¡Qué valiente, defender sus opiniones aunque sea contestando a su madre!; y el profesor pensó: ¿Cómo puede una madre permitir semejante falta de respeto? ¡Y luego en la escuela nos piden que les eduquemos nosotros...!

Cada uno de nosotros produce una serie de pensamientos automáticos, como un diálogo interno, neutral, que en ocasiones puede ser positivo, pero que a veces se torna negativo y puede evocar sentimientos de ira, odio, rencor, frustración, tristeza, ansiedad etc.

La intención de este artículo es que cada uno de nosotros pueda reconocer estos pensamientos, su condición (si son positivos o negativos) y transformarlos en pensamientos positivos.

1. Uno de los pensamientos más frecuente y más importantes, que llamaremos "de visión de tunel", son aquellos que filtran algunos elementos de la situación, que son normalmente negativos, con exclusión de los positivos. Cuando esto ocurre, lo que percibimos lo "magnificamos" y lo sacamos fuera del contexto.

EMEMPLO: La amistad de muchos años ya no importa, sólo importa que me ha fallado cuando lo necesitaba, que no estaba conmigo, aunque yo se consciente mente que físicamente era imposible.

Cada persona tiene una visión diferente: unos son hipersensibles a las pérdidas sin fijarse en las ganancias, otros a los peligros, otros a las injusticias etc. ¿A cuál eres tú?

Muchas veces vivimos con pensamientos encerrados en el pasado o con expectativas ansiada de futuro, sin vivir el momento ni percibir la hermosura de cada día.

Estas personas suelen utilizar adjetivos llenos de negatividad como horroroso, terrible, desagradable, tremendo, patético etc.

Dentro de este tipo de pensamiento se sitúa uno muy frecuente y con consecuencias muy negativas para nuestro futuro inmediato, es el llamado "error del adivino" que consiste en hacer continuamente predicciones negativas sobre nuestra propia vida, creyéndolas. Por ejemplo: "suspenderé el exámen", "no podré concluir los estudios"...

¿Qué debemos hacer si tenemos estos pensamientos?
Primero: detectarlos, ser conscientes
Segundo: Cuestionar su objetividad
Tercero: Sustituirlos por pensamientos positivos y racionales.

En el próximo artículo daremos otros tipos de pensamiento deformado y cómo identificarlos, y con la ayuda de Dios conocer cuales son nuestros pensamientos, así como dice el salmista en Salmos 139:23 "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos"