lunes, 28 de julio de 2008

Cómo ayudar a nuestros hijos a su autocontrol emocional

¿Cómo ayudar a un hijo a controlar su frustración que desencadena en enfado y rabietas ? Esta es una cuestión que me he preguntado con mucha frecuencia y esta mañana encontré un artículo muy interesante en la web de psicología escolar que os reproduzco íntegramente esperando os pueda ser de utilidad:

"Las emociones son muy importantes para las personas. Están muy presentes en las distintas actividades que realizamos y tienen mucho que ver en la felicidad diaria.

Una de las emociones que más puede afectarnos es la Ira. Se trata de una emoción decisiva para la supervivencia, ya que nos activa y defiende en situaciones de peligro.

Sin embargo, como otras emociones negativas, puede darse en momentos que no suponga un peligro real, o puede escapar a nuestro control, con lo que puede convertirse en un problema para la convivencia con nuestros semejantes.

Muchos niños tienen problemas con esta emoción negativa. Se trata de niños con poco autocontrol que ante situaciones sin importancia reaccionan con agresividad.

Uno de los problemas de muchos niños con Déficit de Atención (sobre todo los de carácter impulsivo-hiperactivo) es la dificultad de autocontrolar su conducta y sus emociones

Los niños a medida que van creciendo tienen que desenvolverse en contextos que les piden mayores habilidades de relación y de convivencia. Una habilidad esencial es la de autocontrolarse en momentos de frustración o de conflicto con sus iguales.

¿Qué podemos hacer para enseñar a un niño a controlar la ira y convertirla en una emoción que en vez de perjudicarle le lleve a enfrentar los conflictos de manera positiva y fructífera?

1- Hacerle tomar conciencia de la emoción de la ira:

Para ello se le puede explicar de manera sencilla para que lo entienda la diferencia entre estar enfadado o alegre, qué siente cuando tiene rabia, cómo cambia su cuerpo con el enfado, qué pensamientos le vienen a la cabeza en esos momentos, etc.

2- Enseñarle a distraer los pensamientos de rabia o ira:

Por ejemplo, fijándose en otras cosas contando mentalmente de dos en dos, etc.

3- Enseñarle a parar o detener el pensamiento de rabia o enojo (“Thought stopping”):

Para ello se le hace imaginar una escena o situación en la que sienta mucha ira y a parar de pensar cuando le gritemos ¡No¡ o ¡Basta¡ o ¡Stop¡.

4- Enseñarle a visualizar la situación de una manera positiva:

Enseñarle a imaginarse respondiendo de una manera tranquila a una situación que le provoca enfado.

5- Enseñarle a darse autoinstrucciones positivas:

Se enseña al niño a decirse a sí mismo frases que le tranquilicen, como: “Bueno, esto no es para tanto”, “Es mejor estar tranquilo en vez de gritar”, “soy capaz de hablar sin tener que llegar a las manos”, etc.

6- Entrenamiento en asertividad:

Hay que enseñar al niño a responder de manera positiva y autocontrolada en lugar de hacerlo de forma airada. Para ello se pueden hacer ejercicios de role playing en los que se entrenan escenas de responder de manera tranquila y sin enfadarse, etc."

jueves, 17 de julio de 2008

Como ayudar a mi hijo a superar un traslado de domicilio

Cualquier familia que tiene niños en edad escolar y sufre un cambio en su domicilio de una ciudad a otra por las causas que sean, tiene que enfrentarse a la dura tarea de la adaptación de sus hijos.

La nuestra es una de esas familias que por motivos laborales tiene que cambiar de domicilio cada cierto tiempo y es por ello que he estado investigando a cerca de como ayudar a mis hijos en la tarea de adaptarse al nuevo colegio y cómo ayudarles para que se hagan con nuevos amigos. Todos sabemos que cuando pierdes a los amigos se produce un trastorno emocional y un sentimiento doloroso, pero además este hecho afecta más a las niñas, que por lo general son propensas a conseguir menos amigos.

Por lo general un niño o niña con aptitudes sociales positivas tiene las herramientas necesarias para adaptarse al nuevo colegio y conseguir nuevos amigos, pero cuando los cambios de residencia son habituales los niños se vuelven más vulnerables después de cada traslado.

¿Qué solución que podemos ofrecer a nuestros hijos para ayudarles? Fred Frankel señala tres etapas por las que un niño pasa cuando sufre una mudanza:
1. Separación de los viejos amigos
2. Luto por la pérdida de los viejos amigos
3. Creación de nuevas amistades

Hay que respetar estas etapas para conseguir que nuestros hijos se adapten con rapidez, para ello procederemos de la siguiente manera:

1. Que sus hijos informen a sus amigos del cambio de domicilio con 2 meses de anterioridad.
Si se comunica al hijo el cambio con mucha anterioridad se produce en ellos un proceso de separación demasiado temprano. Dos meses es un tiempo prudente y adecuado para que sus hijos acepten el cambio y puedan despedirse de sus amigos. Los padres deben hablar con los padres de los amigos de sus hijos para que antes de la partida tenga momentos de juego y de esta manera los niños reciben el mensaje de que la amistad entre ellos ha valido la pena.

2. La despedida.
Cualquier ceremonia representa un acontecimiento muy importante en nuestra vida, hasta tal punto que nos condiciona. Por ello la despedida de los amigos es una parte crucial. La partida será más fácil si se pueden compartir los recuerdos, porque éstos están cargados de significado emocional. Haga una fiesta con los amigos de sus hijos más cercanos, o ayude a sus hijos a que regalen algo muy especial al amigo que más quiere.

3. Hable con sus hijos del nuevo lugar.
El cambio es un momento de pérdida, pero también lo es de oportunidad. Debe enfocar el cambio de manera positiva, aun cuando usted no lo sienta así. Escuche atentamente las preocupaciones de su hijo e intente contestarle siempre de manera positiva. Hable con sus hijos de la nueva casa, (si puede participar en su elección mejor), del nuevo colegio, de las bondades de la nueva ciudad y su entorno, de las nuevas experiencias que puedan vivir juntos y que el traslado es una gran oportunidad de conocer nuevos amigos.

4. Procure que la habitación del pequeño no sufra cambios o que esté acondicionada a gusto del niño, si éste tiene capacidad para elegir. De esta manera se ilusionará con la nueva casa y le permitirá adaptarse al entorno con mayor facilidad.

5. Utilice los recursos necesarios para que su hijo conozca a nuevos amigos.
Si tiene vecinos de la misma edad, puede presentarse a la familia y solicitar que el niño o la niña juegue con su hijo. En la escuela procure participar de todas las festividades para conocer a los padres de los otros niños e invitarlos a su casa o quedar en un parque para que los niños jueguen. Cuanto más rápido consigan nuevos amigos, más corta será la etapa de "luto", ya que no superaran la pérdida hasta que conozcan a otros niños.

6. Ore con sus hijos y por ellos.
La oración es el instrumento más maravilloso para comunicarnos con nuestro Dios y el único medio para confiarle nuestras preocupaciones. Oremos por la salud física y metal de nuestros hijos y por la nuestra, para que nos ayude a adaptarnos con facilidad y que nuestros hijos consigan nuevas amistades. Pero sobre todo, oremos con ellos, con nuestros hijos, para que aprendan a confiar sus preocupaciones en el Único que puede comprenderles y ayudarles. Oremos con nuestros hijos, oremos en familia y dejemos las preocupaciones a los pies nuestro Salvador.

" Jehová está conmigo entre los que me ayudan... Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre" (Salmos 118:7,8)

Este artículo está especialmente dedicado a mis hijos y a todas las familias de pastores que sufren cambios de domicilio periódicamente en beneficio de sus iglesias.



Recurso: "Cómo ayudar a los niños a encontrar buenos amigos" de Fred Frankel