viernes, 23 de mayo de 2008

La violencia contra la mujer y su consecuencia en los hijos (Parte III)

Según la edad en la que se encuentran los menores las secuelas pueden ser mucho graves:


- Cuando los maltratos están presentes durante el embarazo se pueden producir partos prematuros, nacimientos con bajo peso, poco seguimiento de el embarazo por parte de la madre, menos participación en la preparación por el parto, más riesgo de consumo de sustancias por parte de la madre, etc.

- Durante la primera infancia los problemas principales que presentan estos menores son las dificultades del vínculo; el maltrato dificultad la relación con sus iguales, falta de confianza con los otros, sensación de abandono emocional, etc.

- Entre los 2 y 5 años los menores presentan dificultades para diferenciar la realidad de la fantasía ya que no entienden la situación que están viviendo y se consideran el motivo generador de los conflictos. Generalmente en esta edad predomina la culpa, la sensación de ser inútil, la ansiedad, las dudas y la negación, estos niños y niñas se suelen sentir impotentes delante lo que pasa y desamparados, con un miedo intensa a sufrir consecuencias graves durante las agresiones.

- Entre los 6 y 8 años, siguen sin poder comprender lo que está pasando y presentan síntomas de ansiedad y depresión; así como fantasías y aislamiento escolar y social para no desvelar la situación en la que se encuentran. A medida que van creciente y pueden ir comprendiendo una pizca la situación se pueden dar las alianzas con alguno de los progenitores, la culpabilización del otro, la rabia, la triangulación... incidiendo, eso directamente en la identificación de roles.

- En la edad pre–adolescente predominan los sentimientos de frustración y abandono, los cuales pueden generar comportamientos violentos, evitación de las relaciones, sensación de poder y control, adultización, rol de cuidador de las madres, etc. A partir de los 12 años, este papel de cuidador que adopta el menor se puede ir transformando en bloqueo y sensación de desbordamiento.

- En lo que concierne a la adolescencia se divisan afectadas áreas como la identidad personal, el rol sexual, la autoestima y las capacidades personales, la falta de planteamiento hacia el futuro. También en esta edad es habitual que los menores presenten sensaciones de frustración por no haber podido salvar a la madre, generando una responsabilidad excesiva al hogar llevándolos, incluso, a interponerse físicamente entre los sedes progenitores durante las agresiones. Durante la adolescencia siguen estante presentes la baja autoestima, la ansiedad, los síntomas depresivos, la necesidad de llamar la atención y ser aceptados... En algunas ocasiones estos menores buscan romper con la realidad que viven a través de conductas de riesgo o de la delincuencia llegando, en algunos casos, a generar una gran distancia emocional e indiferencia hacia el entorno.

También en esta última etapa se han demostrado que existen miedos ante la deseabilidad social, del conocimiento del propio cuerpo, de la toma de decisiones y la expresión de los roles de género. Estas inquietudes propias del momento evolutivo se ven en ocasiones alteradas por los efectos que la violencia familiar ha dejado en estos menores. Por último es importante tener presente que las consecuencias que presentan estos menores en algunas ocasiones exteriorizan las conductas (como podría ser la agresividad) pero en otras muchas ocasiones las conductas están internalizadas (o sea, presentan inhibición y miedo sin manifestar demasiado comportamientos que llamen la atención de las personas adultas). Esto no significa que no estén sufriendo situaciones de violencia familiar y que las consecuencias de éstas no les repercuten. El ejemplo más claro para ilustrar este punto es el rendimiento académico, hay menores que tienen un funcionamiento escolar impecable y, por lo tanto, no llaman la atención a primera vista mientras que hay otros que presentan evidencias de dificultades de concentración y atención. En ambos casos, las consecuencias de la violencia que los menores están viviendo en su entorno familiar pueden ser igual de severas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Oscar Hurtado G.
SOY PASANTE DE LA CARRERA DE lIC. Psicologia, tus reportajes se me hacen muy interesantes. solo tengo una duda, quiero exponer algo de lo q redactas en escuelas, profesores, padres de familia. por lo que me gustaria conocer tus dastos.
que serian los siguientes:
que licenciatura tienes?
cuentas con un maestria o diplomado?
cuando hiciste las investigaciónes, lugar, fecha?
si utilizaste instrumentos de evaluación, no. de la muestra?
la verd. me gustaria comunicarme con tigo.
te dejo mi correo, pues llevo intentando registrame a tu red. p´no me permite.
te dejo mi correo ojala puedas escribirme en estos dias, estare esperando y te agradesco muxo.
oscarh9g85@hotmail.com