martes, 18 de marzo de 2008

El genocidio de ruanda una muestra de la locura humana

Pronto se van a cumplir 14 años del genocidio ruandés, concretamente el 6 de Abril de 1994 que ha pasado a ser una fecha macabra no sólo para la historia de Ruanda, sino también para la historia de la humanidad.

A raíz del asesinato de presidente Habyarimana, el conflicto interno ruandés ganó en crueldad y se convirtió en un enfrentamiento a gran escala que alcanzó todos los rincones del país.

El 17 de Abril, y concretamente en la población de Kibuye, perteneciente al condado del mismo nombre y cercana al lago Kivu, según nos cuenta la antropóloga forense Clea Koff en su libro "El lenguaje de los huesos", fue el día en el que comenzaron las labores de exterminio de la población tutsi en aquel condado. Durante los tres siguientes meses, murieron o desaparecieron casi 250.000 personas en su mayoría de la etnia Tutsi. Varios miles fueron asesinadas en la iglesia de Kibuye en una sola masacre.

Los datos recogidos dicen que en total murieron unas 800.000 personas, otros dicen que superaron el 1.000.000 de personas, aunque esto nunca se sabrá. Si nos quedamos con la primera cifra, esto equivaldría al 11 por ciento del total de la población y a 4/5 partes de los tutsis que vivían en el país.

Tampoco se sabe cuántas víctimas ha provocado la venganza tutsi
. Aunque se habla del "otro genocidio". La periodista Colette Braeckman, investigadora sobre la guerra de Rwanda, habla de un millón de muertos en cien días . James Gasana, ex ministro en el gobierno de Habyarimana, exiliado en Suiza desde 1993, habla de tres millones de muertos. Corrobora su estimación el informe del Ministerio del Interior del gobierno rwandés, División del censo de la población en diciembre de 1994, que estima que el número de víctimas, desde el comienzo de la guerra en 1990 hasta diciembre de 1994 era de dos millones de muertos . Según Amnistía Internacional, solamente entre enero y agosto de 1997, al menos 6.000 hutu fueron asesinados por el ejército de Kagame.

Muchas de las víctimas formaban parte de los refugiados que fueron devueltos a la fuerza por los gobiernos congoleño y tanzano. Las conclusiones de Amnistía Internacional son rotundas: “en enero y febrero de 1997 se produjeron varios sucesos en los que decenas de refugiados hutu que habían regresado a Rwanda murieron en manos de civiles tutsi” .


En realidad nunca se sabrá la cifra real de muertos, porque estos se ha dado lugar meses y años después de la "gran matanza". Pero no quiero que se olvide que tanto Hutus como Tutsis murieron en esta inútil guerra.
Aunque el problema vino después...desenterrar a los muertos, alimentar a los millones de desplazados, atender a los heridos físicos y psíquicos, dar hogar a los miles de huérfanos... Cuando uno va allí no sabe si la persona con la que trabaja es un Hutu o es un Tutsi, sencillamente es uno más trabajando para conseguir un lugar donde vivir, un lugar en paz, con respeto, con derecho a la vida, con igualdad de oportunidades.

Ellos me enseñaron que la vida no vale nada si no estás junto a Cristo, ellos me enseñaron que vivimos en un mundo desigual, en el cual yo juego con ventaja, ellos me enseñaron que son capaces de caminar hasta encontrar la libertad, ellos me enseñaron que la comida es una necesidad para compartir, ellos me enseñaron que la labor humanitaria comienza con la solidaridad y termina con el amor.... ellos me enseñaron a mí...más de lo que yo pude darles a ellos. Este artículo está dedicado al recuerdo de Efraim (hutu) y de Agustain (Tuzsi), y para todas aquellas victimas que de una manera u otra han vivido, sufrido y padecido el horror de la locura humana. ¡Maranatha!

No hay comentarios: