miércoles, 16 de enero de 2008

El absentismo escolar en los adolescentes

Una de las cuestiones que más preocupan a los padres con hijos en edad adolescente, es su asistencia a clase (sobre todo en secundaria). Mientras los padres trabajan, creen que sus hijos aprovechan el tiempo en la escuela y cuando llegan las notas del trimestre se dan cuenta de que algo falla... en ocasiones el profesor tiene que llamar a los padres porque el hijo/a no viene a clase. ¿Qué es lo que sucede? ¿Quién tiene la responsabilidad de solucionar esto? Como profesional voy exponer mi opinión al respecto, apoyándome en dos profesores de la Universidad Autonómica de Barcelona. Pero lo primero de todo es afirmar que la cultura organizacional está estrechamente ligada al problema del absentismo escolar. Puede decirse que la cultura organizacional es directamente proporcional al absentismo del individuo.

Maribel García Gracia ( del departamento de Sociología, 2004) comenta tres grandes conclusiones respecto del absentismo escolar que me parecen muy acertados?

- El absentismo escolar en secundaría duplica al de primaria. Una de las causas de este aumento es la autonomía del alumno que adquiere con la edad, pero también el cambio de la mentalidad docente que apuesta por la autonomía de los alumnos de secundaria, puede ocasionar un menor control de asistencia, en parte, por la inercia a ejercer ese menor control en bachillerato. También hay otro factor importante en la influencia del absentismo y esta depende de la cultura organizacional den centro educativo. Si entendemos por cultura, tal y como apunta Joaquín Gairín (del departamento de Pedagogía Aplicada, 2000), “al conjunto de normas, creencias, asunciones y prácticas, resultado de la interacción entre los miembros de una organización y de la influencia del entorno, que definen un determinado modo de hacer”, el absentismo escolar puede variar considerablemente dependiendo del centro escolar del que estemos hablando. Maribel habla de factores exógenos y endógenos para explicar esta polaridad, hablamos de desigualdades sociales, de concentración de problemáticas, de la práctica de control, detección y de prácticas pedagógicas de inhibición, de ausencia de criterios institucionales con respecto al absentismo y también de pocos controles y estrategias sobre la adscripción del alumnado y sus competencias. Por todas estas razones los padres deben de dedicar una especial atención al Instituto o Colegio dónde llevan a sus hijos y de preocuparse y ocuparse por esta cuestión, ya que la consecución de los estudios dependerá en un alto grado de su absentismo o no.

Y todo ello no es si no el reflejo del tipo de cultura organizacional que los centros con mayor índice de absentismo escolar tienen. Maribel habla de centro situados en la periferia, con pocas o bajas infraestructuras, con gran variedad de culturas y con recursos económicos bajos. Por este motivo, la cultura organizacional de cada centro es tan importante. Joaquín propone que la cultura coherente con la realidad actual es la “cultura colaborativa” en donde el profesorado reflexiona, planifica, prepara y evalúa conjuntamente todos los aspectos del currículum, donde hay una intervención activa y voluntaria de los miembros por conseguir los objetivos fijados, donde se produce la interacción colectiva a través del compromiso y del apoyo mutuo, donde hay una coordinación real en las decisiones, trabajando en equipo, intercambiando experiencias en el aula y donde el profesorado percibe las discrepancias, los conflictos y aporta soluciones y mejoras.

- La respuesta de los centros ante el absentismo escolar no es inmediata si no que ésta es dilatada en el tiempo. Y esto ocurre según el estudio de Maribel, en 3 de cada 4 centros escolares. La causa es como muy bien ella comenta, la cultura de la intervención, que es parte de la cultura organizacional de la que mencionábamos anteriormente. Puede que este modo de actuar venga de una cultura fragmentada, en donde el profesorado no afronta los conflictos y prefiere “sobrevivir”; o de una cultura de coordinación en donde el profesorado percibe los conflictos pero no interviene y espera que el tiempo los solucione o los deriva a terceros. Se necesitan centros que vean y clarifiquen los conflictos y que sepan desarrollar control con respuestas integradoras y con fórmulas pedagógicas que atiendan la diversidad cultural. Y esto sólo puede darse en una cultura organizacional colaborativa.

- Por último Maribel menciona la problemática de encontrar centros con “culturas de trabajo” puras, con lo cual dificulta la clasificación de los centros y dibujarlos en un eje de modelo para trabajar con ellos. Y esto lo corrobora Joaquín cuando menciona que la cultura colaborativa no es tarea fácil (debido al individualismo y la existencia de departamentos con alta autonomía que coartan los intereses colectivos) y tampoco es la panacea encontrada, pero es la mejor que se tiene y debe procurarse su fortalecimiento.

Entonces ¿quién tiene la culpa del absentismo de nuestros hijos? ¿La escuela? Pues en realidad muchos fracasos escolares producidos por el absentismo sí son producidos por el centro educativo, pero también son producidos por padres poco cuidadosos, absorbidos muchas veces por su trabajo. Cómo profesional he planteado las causas a nivel organizacional, pero como madre me pregunto cuales pueden las causas que lleven a nuestros hijos a faltar a clase ocasionalmente o de forma continuada. No hace falta mencionar que los hijos son nuestro más precioso tesoro, dado por Dios, y que debemos preocuparnos ocuparnos de nuestros hijos porque su éxito en gran parte depende de nosotros.

2 comentarios:

Mª Jose Ortiz Ramos dijo...

Tengo una hija adolescente que según el profesorado que la ha llevado es de altas capacidades. Hizo una primaria estupenda, sin embargo, desde que comenzó la secundaria falta a clase, cuesta una barbaridad que se dedique a la realización de las tareas escolares. Siempre está apatica es desmotivada, vamos , una pasota en toda regla.
Nos miente a los padres y hace continuamente novillos. El curso pasado estuvo en un Instituto Público . Creyendo que la culpa podría ser de este la he cambiado a un Instituto Concertado , pero los problemas siguen siendo los mismos .Soy profesora y para mi el seguimiento de mis hijos siempre ha sido muy importante , pero este problema a mi me desborda y estoy amargada y no se que hacer con ella.

Susana Aída De Madariaga dijo...

Hola Mª José, como bien sabes la adolescencia es muy complicada y cada uno la sufre de un modo distinto, pero está claro que algo le ocurre. Es difícil decirte algo sin hablar con ella, puesto que aunque trato mucho con adolescentes que tienen un patrón parecido a tu hija, siempre son por cuestiones distintas. Si no hay problemas familiares, si no hay un "novio" de por medio, sería bueno llegar al problema, porque lo tiene seguro:
desmotivación, pasotismo, absentismo, mentiras etc... Puede ser que ella pida más atención y sea su forma de decirlo o justamente todo lo contrario. Pero es decir sin saber, te digo que si no hablo con ella.... Si conoces alguna psicóloga de confianza o educadora te recomendaría que alguien la viera. Pero tiene que ser alguien que conecte bien con los jóvenes, esto es muy importante. Cualquier cosa me dices.