martes, 15 de enero de 2008

La violencia de género


La ONU calcula que sesenta millones de mujeres en el mundo están padeciendo violencia de género. Sólo 44 países tienen legislación contra la violencia doméstica. España es uno de ellos. A pesar de eso en el año 2.001 murieron más de 60 mujeres a manos de sus maridos o compañeros en nuestro país y la cifra ha ido en aumento cada año, en el 2.007 la cifra ascendió a 74 víctimas mortales. Pero ¿ Y las mujeres o los niños que sufren malos tratos físicos y psíquicos dentro del hogar? Estas cifras no se saben, pero estoy segura de que nos sorprendería su número.

Puede ser que en nuestro entorno encontremos casos de maltrato y no sepamos cómo actuar, o que la propia mujer nos confiese su terrible problema ¿Qué decir? ¿Qué hacer? ¿Qué podemos aconsejarle?

Lo primero de todo es definir maltrato, o violencia de género que según Naciones Unidas es: Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada. (“Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones Unidas, 1994).

Así que si estamos ante un caso de Violencia de Género lo segundo es saber que nos encontramos ante un fenómeno perdurable en el tiempo y resistente como ninguna otra la ha sido, a la evolución de las mentalidades y los esquemas sociales, que no guarda fronteras ni es exclusivo de un grupo o clase social y afecta de forma progresiva a un gran número de mujeres en todo el mundo. Que adopta múltiples formas, pero es la violencia de género que tiene lugar en el ámbito familiar o doméstico la que se presenta con mayor frecuencia, con una incidencia mal conocida, una alta y variada morbilidad y una progresiva mortalidad.

Lo tercero es que la dificultad para detectar estos casos estriba, en gran parte, en que las mujeres no presentan lesiones manifiestas, no se reconocen como víctimas ( por vergüenza, miedo, culpa), y los síntomas aparecen desligados de la situación vital que padecen, tanto para los/as profesionales, como para la propia mujer. Por este motivo si sospechamos o la propia mujer nos revela está siendo víctima de violencia de género debemos escucharla en primer lugar, no reprocharle nada y hacerle ver que tiene un problema y debe acudir en busca de ayuda profesional.

El Protocolo de Actuación contra la Violencia de Género nos dice que la a mujer maltratada sufre una pérdida progresiva de autoestima, y que pierde también las esperanzas de cambio de la situación, aumentando la sumisión y el miedo hacia el agresor. Por otro lado el hombre maltratador será la ratificación de que su estrategia funciona. Todo esto hace difícil que la mujer rompa la relación. Por eso, cuando una mujer pide ayuda, debe recibir en todas las ocasiones apoyos concretos para cambiar su situación, respetando y no culpabilizándola por sus decisiones. Es importante que comprenda que la violencia continuará e irá en aumento, y que no podrá corregir la conducta de su agresor, para que sea consciente del peligro que corre.

Por todo ello hay que actuar rápido y hacerle ver que debe acudir a un profesional (a los servicios sociales) y si la agresión ya está hecha al su centro médico y a la policía de su ciudad. Apoyarla en todo momento y que ella sepa que puede contar contigo. El pecado de este mundo ha distorsionado completamente la voluntad de Dios al crear al hombre y a la mujer. Efesios 5:28 dice: "Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama." Si una mujer es maltratada no era este el plan de Dios cuando instauró el matrimonio, el esposo que maltrata no ama a la esposa y desobedece a Dios.

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