lunes, 14 de enero de 2008

Hijos adolescentes: una mirada a su mundo.

Uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan los educadores y sobre todo los padres, es la adolescencia. Las familias que tienen hijos en esta etapa de la vida, sufren ante el comportamiento que presentan y muchas veces no saben cómo actuar.

Un artículo de Jaume Funes (2.005) recoge las "miradas" con la que los padres observan a sus hijos obteniendo así uno u otro resultado y nos da la clave para entenderlos. Según el autor hay dos factores que tienden a frenar cualquier conocimiento sobre los adolescentes, una es la mirada de los educadores que insisten en "negar la posibilidad de que el adolescente tenga formas de mirar el mundo dignas de ser consideradas" y la segunda es la mirada angustiada de los padres que no comprenden lo que intentan ser sus hijos ni cómo acaban actuando. Cómo considero que es muy interesante y de gran ayuda para los padres con hijos adolescentes, paso a reproducir algunas partes del artículo:

"El grupo familiar, con sus características derivadas de la condición social (económica, cultural, etc.), aprota unas personas adultas que tienen desigualdades y distintas posibilidades de entender lo que está pasando con sus hijos e hijas, de facilitarles diversas hipótesis para que entiendan la etapa que están viviendo. Las relaciones dentro del grupo familiar condicionan todavía más el repertorio de conductas de conflicto y sus posibilidades de resultar problemas adolescentes.

Parte de su seguridad e inseguridad, de la gestión de los riesgos y las crisis dependen de los climas familiares. Parte de las confianzas en sí mismos depende de las dosis de confianza construidas con las personas adultas del grupo familiar.

Diferentes formas que tienen los padres de ver a los adolecentes:

1- Predomina un moderado desconocimiento de lo que son y hacen los adolescentes. Los sentimientos de incomprensión, aun siendo un lugar común y clásico cuando se habla de adolescencia, tienen también una base real derivada de unas miradas adultas que observan poco, que ven poco, que se enteran de poco. Con frecuencia no son miradas despreocupadas sino miradas a las que se les escapan aspectos importantes porque están demasiado focalizadas en determinados aspectos.

2- Existe un grupo en el que la mirada es desconcertada no tanto por el desconocimiento cuanto por la ausencia de perspectiva, por no saber como mirarlos.

3- La mirada desde el conflicto (al que aportan materiales las dos partes) puede convertirse en dominante si no existe habilidad, capacidad o voluntad de situarla en su lugar. La discusión permanente, sistemática e intensa afecta la mayoría de las relaciones familiares y si no se le puede encontrar una explicación razonable acaba siendo considerada una forma de ser del adolescente negativa e inaceptable (un grupo significativo de padres y madres dicen que el principal defecto del adolescente tiene que ver con su carácter, con su forma de ser).

4- La mirada angustiada, dónde los chicos y chicas son vistos no como lo que son y hacen, sino como el desastre que pueden acabar siendo. La mayoría de las veces esta visión se autolimita, pero en muchas otras puede llegar a pre-condicionar lo que el adolescente acaba haciendo, cumpliendo la profecía o angustiándose y rompiendo un proceso de maduración autónoma.

5- La mirada irritada, al tener delante a un personaje autosuficiente, que cree saberlo todo. Las miradas adultas sobre el mundo adolescente obligan a reubicarse a los adultos, cambiar la posición del saber, cambiar la perspectiva.

Pero falta destacar una última perspectiva, que consiste en recordar que no se trata de saber cómo son ni de sistematizar lo que dicen, piensan o hacen. Aquello que realmente importa es recoger, tanto como sea posible, sus argumentos, sus formas de ver, sentir e interpretar lo que están viviendo. detectar cómo interpretan, cómo dan significado a lo que según nosotros describe su situación. Por esto hablamos de argumentos adolescentes, porque para saber lo que son necesitamos incorporar sus miradas. detectar cómo interpretan, cómo dan significado a lo que según nosotros describe su situación. Por esto hablamos de argumentos adolescentes,
porque para saber lo que son necesitamos incorporar sus miradas. Necesitamos descubrir, de forma dinámica, cuáles son los argumentos vitales que están detrás de sus comportamientos. Para hacerlo cabe destacar que hacer investigación en el mundo adolescente es siempre encontrar una forma de escucharlos. Las investigaciones sobre adolescencia han de partir siempre del ensayo de formas activas de escucha y de sistemas de observación dinámicos que permitan actualizar el conocimiento y el discurso sobre su realidad."

Que cada uno reflexione cómo está tratando a sus hijos, y para aquellos padres que todavía no tienen a sus hijos en esta edad, quiero mencionar un consejo muy sabio que se encuentra en Proverbios 22:6

"Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará."

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